Gracia
August 7, 2024•365 words
Recuerdo haber predicado 1 una noche en invierno, uno de los inviernos más fríos que tuvimos, el invierno después del incendio de Chicago. Había estado estudiando acerca de la gracia, y era la primera vez que hablaba de esto, así yo estaba completamente lleno. Recuerdo que recién salí de la casa, al primer hombre que vi le pregunté si sabía algo sobre la gracia de Dios, y traté de predicarle. Este hombre pensó que estaba loco. Seguí corriendo y vi a otro, pero finalmente me fui directo a la reunión.
Esa noche pensé que estaba hablando con muchas personas que sentían lo mismo que yo acerca de la gracia, y cuando terminé le pedí a cualquiera que quisiera escuchar sobre la gracia, que tuviera algún interés en ella, que se quedara. Esperaba que algunos se hubieran quedado, pero cuál fue mi sorpresa al ver a toda la audiencia levantarse y desaparecer. No tenían ningún interés en la gracia; no querían aprender nada sobre la gracia. Me puse el abrigo y el sombrero y estaba saliendo del pasillo, cuando vi a un pobre hombre en la parte trasera del calentador llorando. “Quiero escuchar acerca de la gracia de Dios”, dijo. “Entonces eres el hombre que quiero”, dije. “Sí”, dijo el pobre hombre, “dijiste en tu sermón que era gratis, y quiero que me hables de eso”.
Bueno, tuvo que hablar con él, y me contó su lamentable historia. Se había bebido veinte mil dólares, su casa había sido destruida y su esposa e hijos lo habían abandonado. Hablé con él, y no pasó mucho tiempo antes de que estuviéramos orando juntos. Esa noche le conseguí alojamiento en el Betel, y al siguiente día lo alistamos. Cuando regresé a Europa, era uno de los trabajadores más fervientes que tuvimos. Él era solo un participante de la gracia: creía que la paz de Dios era suficiente para él, le creyó a Dios y fue un hombre salvo.
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Primer sermón de Moody sobre la gracia. McClure, J. B., & Moody, D. L. (2020). Anécdotas e ilustraciones de D. L. Moody, Relatadas por él mismo en su obra de avivamiento. Editorial Tesoro Bíblico. ↩