Basura editorial

Un libro no se puede juzgar enteramente por su portada (→1). De esta forma se vende mucha basura en la actualidad: te ponen una portada maravillosa con un diseño fantástico; en la contratapa, como si de palmadas en la espalda se tratasen, reseñas literalmente increíbles.

A veces sucede que solo unos cuantos han leído el libro, aunque «hojear» u «ojear» suelen ser verbos más precisos para casos de «lectura de compromiso». Todo lo demás es una sofisticada estrategia de mercadotecnia hecha especialmente para que tú (X persona con Y características y Z intereses) termines comprando basura editorial.

No siempre es así. Desde luego, estoy hablando en general. Para poder elegir, a veces hay que arriesgarse y comprobar por uno mismo el contenido. De hecho, no todo es como parece, pero siempre hay algo que parece y lo es. Lo mejor será establecer parámetros críticos para evitar caer en las trampas de la mercadotecnia. Baste dejar en la memoria que lo popular no es necesariamente bueno: varios «best-sellers» son tales más por el genio de un vendedor astuto que por el de un buen escritor.

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→1: Todo esto se puede metaforizar para significar muchas otras cosas: películas, comida, personas, noticias, productos de limpieza, partidos políticos, etc.

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Leonardo Dzhordanovich Erazmov
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