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El cierre de la compuerta del proyecto hidroeléctrico de Ituango (Hidroituango), a cargo de Empresas Públicas de Medellín (EPM), encendió las alarmas ambientales luego de conocer la noticia de que impactaría los niveles del caudal del río Cuaca, afectando el medioambiente y las actividades económicas de la zona, que están basadas en gran medida en la fluidez del río. Sumado a esto el país atraviesa por una temporada de sequía gracias al fenómeno de El Niño, que pone en una situación aún más crítica a esta zona.

De acuerdo con el gerente de EPM, Jorge Londoño, la medida se tomó luego de conocer que la presión ejercida por el embalse es mayor debido a que el agua ya no baja por el túnel a presión sino de manera libre, poniendo en riesgo a las comunidades situadas aguas abajo, por lo que se hizo necesario cerrar dicha compuerta para evitar un posible colapso.

El principal impacto se verá reflejado sobre la fauna y los peces, dada la disminución del cauce del río, los peces quedarán atrapados en las orillas. Asimismo, amenaza con deshidratar las ciénagas del Bajo Cauca y La Mojana, motivo por el que EPM ante el grave impacto ambiental ha diseñado un plan para contrarrestar que incluye la contratación de 700 pescadores de la zona, quienes deberán rescatar los peces que queden varados en las zonas pantanosas y devolverlos al río. Además, de cerrar las conexiones de las ciénagas ubicadas a la altura del municipio de Nechí, para que no se deshidraten cuando el afluente baje.

A pesar de las medidas tomadas el daño al medioambiente es incalculable y se ha calificado como una tragedia ambiental, la misma que, de acuerdo a los estudios realizados previamente en la zona, ya se había anunciado.