Olvida las Vanidades, ¡Eres una Nueva Creación!
August 25, 2024•463 words
“En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa, si no de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo. Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación”. Gálatas 6:14-15
¿Te has sentido alguna vez como si no fueras suficiente? ¿Como si tuvieras que hacer más, ser más, para alcanzar la aceptación de Dios? Es una trampa en la que muchos caemos, incluso aquellos que ya conocemos a Cristo.
El apóstol Pablo se enfrentó a este mismo problema en la iglesia de Galacia. Los creyentes estaban siendo confundidos por falsas enseñanzas que decían que debían seguir la ley judía para ser verdaderamente salvos.
Imagina la confusión: ya habían experimentado la gracia de Dios, pero ahora se les decía que necesitaban “completar” su salvación con prácticas externas. Esto es un peligro constante, especialmente cuando no tenemos una base sólida en la obra completa de Cristo.
¿Te suena familiar? Hoy en día, muchos caen en la misma trampa, buscando significado en prácticas religiosas externas en lugar de apoyarse en la gracia de Dios.
La Cruz: Nuestro Único Motivo de Orgullo
Pablo confronta esta mentalidad directamente. Él declara: “¡Que nunca me jacte de otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo!”
En otras palabras, la cruz, símbolo de sufrimiento y vergüenza, se convirtió en su única fuente de orgullo. ¿Por qué? Porque en la cruz, Cristo pagó el precio por nuestros pecados y nos reconcilió con Dios.
Pablo, quien antes se enorgullecía de su herencia y cumplimiento de la ley, lo consideraba todo como basura en comparación con el valor incomparable de conocer a Cristo.
La cruz lo cambió todo para él.
El Mundo Ya No Importa
Al abrazar la cruz, nuestro interés por el mundo, con sus valores vacíos y deseos pasajeros, se desvanece. Ya no buscamos la aprobación de los demás, sino que nuestra esperanza se basa en la obra terminada de Cristo.
No importa nuestro pasado, nuestra cultura o nuestras prácticas religiosas. Lo único que realmente importa es que somos una nueva creación en Cristo.
Un Nuevo Comienzo
La epístola a los Gálatas nos recuerda que la salvación no se gana, se recibe. Es un regalo gratuito de Dios, ofrecido a través de la fe en Jesucristo.
Al aferrarnos a esta verdad, somos liberados de la necesidad de probarnos a nosotros mismos. Ya no buscamos la validación en cosas externas, sino que encontramos nuestra identidad y nuestro propósito en Cristo.
Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Filipenses 3:3