días de cuarentena. día 45. 'ya te aprendiste la dirección de tu nueva casa?'

hoy me preguntaron la dirección de mi apartamento. para hacerme llegar un regalo de cumpleaños en los próximos días, asumo. no me dijo con exactitud, solo di la información porque me pidieron un acto de confianza. pero creo que sí es para eso. durante el día me intentó sacar la información disimuladamente -'ya te aprendiste la dirección de tu nueva casa?'- escribo desde la expectativa de que tal vez para eso fue.

pienso que no me gustan esas cosas, los regalos, las fechas que los obligan, la ritualidad ficticia que pasa por un objeto y no la celebración. me encantan sí los detalles. esos que ratifican encuentros fortuitos por el mundo y que nos conectan con alguien definido en nuestro mundo. y entonces decimos 'vi esto y pensé en ti'. ella es detallista. un día me trajo de un viaje como detalle una camiseta linda, con un letrero bonito, en una lengua romance.

pero en los cumpleaños como que la cosa se torna casi que de un auto-cuidado silencioso y callado. en los últimos años he tenido celebraciones de los cotidianas suaves y delicadas conmigo mismo. tenía una vez una amiga que decía que en mayo uno siempre está o enamorado o con el corazón roto. y yo cumplo años en mayo. entonces como que en general le bajo al juego con la candela de la vida. no vaya y ser que me queme justo por esos días de vueltas al sol y des-enamoramiento.

entonces me cuido en mi cumpleaños. casi no soy de plan de salir de fiesta, baile o rumba pesada -para eso el resto de mis días. sino de encontrarme y re-encontrarme en las rutinas de siempre. un poco más lentas y delicadas. deparando más en el mundo que me rodea y que me ha hecho posible. este año son la vida y el mundo quienes han decidido que me voy a quedar en casa. ratificando mis decisiones previas y confrontándome con ellas también. honro mi propio camino. ahí vamos.

en medio de esta situación acudí a mi mamá para recopilar teléfonos de tías, tíos, primos, tíos segundos, y otra gente por ahí de la familia extensa. en general yo poco voy a reuniones y eventos. así que esta semana y la pasada 'me he regalado' el llamarlos. escucharlos. darles ánimo. ratificarles que estamos en un reto civilizatorio de escala planetaria. me gusta este ritual de regalarme esas llamadas. se puede convertir en una nueva tradición.

con la familia ya habíamos quedado que nada de visitas y nada de regalos enviados. mi mamá fue tajante con el tema del día de la madre y también su propio cumpleaños que es unos días después: 'no me vayan a mandar ni mierda que no quiero acá alguien mal pagado y explotado trayéndome algo dizque para celebrar.' no se le controvierte.

pero entonces aparece esta tipa y me pregunta mi dirección. y yo sé para qué es. lo retraso un poco y pienso en estas palabras. pienso en el gran paso de no solo hacer sentir bienvenidos los afectos que me llegan a la vida sino aceptarlos tal y como vienen. dejarme afectar por ese cariño en su propia naturaleza y sentido.

y ella me hace su pregunta. y que si confío en ella. es su forma de cariño. ¿me frustra acaso que no sea algo con lo que tal vez me sienta cómodo del todo? ¿que me es extraña y es algo a lo que no estoy acostumbrado?. pienso en como esta situación pequeña me sirve de ventana a grandes situaciones y complejos debates. ¿es acaso esto pero en una manifestación abrumadora el 'no sentirse correspondido' ('te quiero pero no de esa forma...')?. el '¿es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?', el '¿amigos para qué maldita sea?'. no son días perdidos en los que mi humanidad logra conectarse con la humanidad entera. conectar el mundo situado propio con el mundo abierto y ajeno -por abierto- que nos rodea.

he aprendido por las malas que hay que desbordarse de cariño y permitir el desborde ajeno cuando se nos ofrece. recibir el cariño con alegría. entibiarme bajo ese sol y la energía que generosamente me brinda. dar gracias a la vida y celebrar sentirme algo querido.


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