§ Sin algo de romántico candor caludica uno,
sea con amargura o complaciente cinismo, a la inercia
de lo mismo. Desprovista de circunspección, sin embargo,
la irreverencia deviene en puerilidad inofensiva.
§ Sin algo de romántico candor caludica uno,
sea con amargura o complaciente cinismo, a la inercia
de lo mismo. Desprovista de circunspección, sin embargo,
la irreverencia deviene en puerilidad inofensiva.