lo más significativo del día lunes 27 de febrero de 2023

recientemente me enteré de la existencia de un nuevo libro de fernando molano vargas y lo quería comprar. tiene un nombre precioso: 'lo bello y las mariposas. y otros textos'. es una edición bella de six barral.

molano tiene un efecto en mí que me es difícil de explicar. lo asocio con un momento de novedad, de intento y fallo. quería comprarme el libro para abrir heridas y leerles cosas lindas.

el cuento es que me fui a una librería de la calle del eje ambiental a buscarlo. efectivamente lo tenían y me dijeron que justo esa mañana había llegado. 700 ejemplares, una cosa así. no los habían ni siquiera metido al inventario. una de las vendedoras le indicó a otra que bajara al almacén y pidiera que le dieran uno para vender por anticipo. la señora que fue a los minutos después volvió indicando que el administrador del almacén se había negado, que 'él no podía vender eso por manual'. ahí la señora que originalmente le dio la indicación de bajar la interrumpió y le dijo que no, que la razón era que lo iban a vender como 'anticipo' no por 'manual'. continuó señalando todas las diferencias. ahí una tercera chica se ofreció a llamar al almacén a aclarar. por la reacción quedó claro que el intercambio no había salido bien y esta tercera chica le indicó a la primera -la que le dio a la segunda la indicación de que bajara al almacén- que al señor 'pepito pérez' -la verdad no recuerdo el nombre pero era claro que era el administrador del almacén- nunca lo había escuchado tan bravo, que dijo que era la primera y única vez que hacía esto y que era el colmo que le hubiesen insistido cuando ya había dicho que no. al final la segunda mujer volvió a bajar al almacén, con la palabra mágica 'anticipo' memorizada, y volvió al rato con el ejemplar de libro.

yo me pillé toda la escena desde un sillón en el que me senté cuando en un principio me dijeron que esperara el trámite. mientras escuchaba toda la situación me empecé a fijar en lo que tenía alrededor. libros, sí, pero pues ya viendo los títulos de los que tenía más cerca. ahí me percaté de dos cosas. la primera tenía que ver con un libro que estaba en lo alto de una estantería al frente mío unos metros adelante del sillón. tenia por nombre 'divine beauty. from van gogh to chagall and fontana' de la editorial marsilio. tenía lo que parecía un cristo recién bajado de la cruz, con el cuerpo ya muerto siendo consolado por una mujer (tan importante es ser consolado que hay entonces esto: la imagen artística y la evocación religiosa de consolar al cuerpo que ya está muerto, al cuerpo en el que ya no reside/ya no se expresa la consciencia del que se sabía consolado. el consuelo es así de intenso: se hace incluso sobre los cuerpos inertes. acariciamos a nuestros muertos.)

me gustó el nombre: belleza divina. y ahí me percaté de la segunda cosa: frente a mí en una mesa de noche estaba un libro de mircea cărtărescu llamado 'poesía esencial' de editorial impedimenta poética. muy bella la edición. lo que ocurrió en ese momento es que leí la contraportada y la verdad me impactó mucho. me pareció llamativo.

decía:

"Cărtărescu, antes que el magistral narrador que conocemos, fue un joven poeta. Miembro del grupo de escritores rebeldes conocido como «la generación de los blue jeans», la poesía significaba para él una forma especial de ver las cosas. un insecto, un puente o una ecuación matemática; una frase de platón o un principio de biología; una sonrisa o un koan del budismo zen: todo era poesía. cărtărescu escribió cientos de poemas durante su juventud. «devorábamos pan con poesía. nuestro mundo era el dolor, pero también era la belleza. y todo aquello que es bello e ideal es poesía.» pero llegó un día, cuando tenía alrededor de treinta años, en el que decidió que no volvería a escribir ni un verso más en su vida. Sin embargo, cărtărescu nunca dejó de ser poeta y su legado permanece."

a renglón seguido está un fragmento de un texto que uno solo puede suponer que es del mismo cărtărescu:

«Cuando me preguntan cuál de mis libros considero más importante siento, oscuramente, que estoy cometiendo una injusticia. Siempre dejo a un lado, olvidado en un área sombría de la mente, un gran libro mío, que he estado tratando de olvidar durante un cuarto de siglo, como un amor viejo y aún sin curar. Es el corpus de mis poemas, escritos en mi juventud, en un esfuerzo continuo, alucinatorio y agotador, que duró doce años. Fue la época en la que viví mi vida sin descanso, solo en poesía. Cuando miro hacia atrás, veo de inmediato esa llama brillante...».

esa descripción del-arte poético-del-estado-poético de forma tan precisa me iba convenciendo de llevarme el libro. sin embargo para agregarle la posibilidad de perderlo todo (y por eso valorarlo más en caso de lograrlo todo) dejé la compra a la suerte decidiendo que me lo llevaba si abría una hoja al azar y me gustaba el poema que apareciera. entonces leí esto:

"vii"

'chispazo tierno, dispersión, sangría, desgracia,
vértigo en el que todos los órganos son uno
desgana, aniquilación, mezcla de las tormentas y los tapices
confusión de las virtudes y del vicio por igual
meditación de los que no han pensado nunca
triunfo de la humillación más amarga
objetos infectos, objetos desgarrados, mordisqueados, fibras frías
inconsciencia, inconsciencia...
deja que el mundo arda, deja que la vida bulla,
nada nunca, nunca...
planeamos en el agua andrajosa de las ranas
y nos alegran las hipóstasis del cieno.
deja que las ovejas deambulen bajo este cielo nublado
deja que prolifere la falta del ser, lo amorfo, lo hilarante,
alíate con Robert Burton el de las pestañas moradas.
vuelan por la espuma del espray los trozos de esta ciudad
la ciudad de las mofetas y de las modulaciones,
el plasma que te hace llorar, el escorpión de papel.
«no hay nada en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos.» Nada
hay en el hombre que no haya estado antes en la mujer.
todo piensa, todo cambia, todo circula
pero la libido está ante la Puerta de la Ley y su nombre
es escisión
y su nombre es Sycorax la necia, la bruja y la sílfide.
'

me encantó el poema. no lo terminé de entender -y tampoco ahorita- pero me sacudieron las cosas que me invitó a imaginar. lo compré.

cuando me trajeron el libro de molano llegó una pareja de hombres gays que parecían ser pareja.(1) llegaron a hablarle a la señora que me ayudó a mí y preguntaron por una novedad editorial y empezaron a buscar el nombre en el celular. le susurré a la cajera que fijo venían a buscar el mismo libro que yo. finalmente no era el caso. me sonreí pensando en las distintas formas que toma el prejuicio, el pensar rápido. digo 'prejuicio' sin moralismo alguno.

no me dieron bolsa para los libros y me los llevé en la mano. a pesar de que hacía sol empezó a llover. a unas pocas cuadras de mi destino opté por parar. el agua era mucha y la chaqueta no cubría bien los libros. busqué refugio y me encontré con un embolador. me preguntó si me embolaba los zapatos y yo accedí. nunca lo había hecho. jamás. siempre veía a la gente en el centro de bogotá hacerlo, pero era una experiencia que me era ajena. me valió seis mil pesos.

escampé mientras me embolaban los zapatos. se llama leonardo. me contó que vive en cazucá, soacha. me dijo que a él le permiten el ingreso al edificio de una entidad pública del centro. puede estar allá y embolar los zapatos de los doctores o visitantes que pasen por los pasillos. 30 años en esas. 68 tiene hoy. me preguntó unas cosas y me dijo que si me podía dejar los datos. que yo tenía internet y sabía usarlo. y que él me dejaba su número de cédula, nombre completo y teléfono. para que le pudiese averiguar cuando salieran las mesadas para adulto mayor sin pensión. que él estaba muy pendiente de eso. que estaba grave la cosa.

ahí pasó algo de lo más tremendo. le pregunto que si ahí en el edificio del ministerio no le iba bien, que si no se movía algo. y me dijo que sí pero que ya muy poco. que es que 'ahora todo el mundo usa tenis'. hombre, me sonreí amargamente. (no sé si quiero hacer énfasis sobre el sonreír o sobre el amargamente, ambos son importantes). pensé en cómo ese símbolo del cambio en la burocracia colombiana (los tenis como algo opuesto más allá del símbolo sino en una visión del estado a lo que representan los zapatos formales) tenía esta consecuencia inesperada en la vida de este embolador.

el señor me dijo que la cosa estaba tan dura que ahora optó por llevar también una bolsita como con galletas cocosette, wafer, y cosas así, como para ofrecerle a la gente y poder cuadrarse un poco. 'lo único es que sí pude construir en el lote'. me contó cómo uno de los encorbatados que conocía en los pasillos de mármol de las burocracias antes de la pandemia le preguntó -mientras le embolaba- sobre los ahorros para la pensión. él le contó que tenía algo ahorrado pero que no sabía cómo sacarlo y que lo necesitaba para construir su casa. leonardo entonces me dijo que la persona hizo una llamada -a las diez de la mañana- a 'una persona que puso [el presidente] uribe' a darle sus datos. me contó que a las dos de la tarde lo llamaron a decirle que se acercara a una oficina para retirar sus ahorros. por eso no lo terminó de ahogar y matar la pandemia. tener casa propia. 'es que yo hasta hace dos años vivía en latas' me dijo mientras terminaba de brillar el segundo zapato.

y pues parce, tremendo. escampó, el trabajo se terminó. me quedé con los datos y pues ya, ojalá que eso salga. lo de la mesada. no dejó de impresionarme esta imagen de este hombre sin garantías laborales, sin casi redes de apoyo, en la lucha brutal diaria, ahí, en los pasillos de esos edificios que materializan poderes privados.

después de que llegué a donde tenía que ir, mientras tramitaba toda la conversación con leonardo, me quedé viendo un rato por una ventana. antes de ponerme a trabajar decidí aprovechar esta racha de buena suerte y encuentros y abrir en una página al azar el libro de molano. me encontré esto:

"-La primera pregunta es: ¿Usted se acuerda de lo que estaba ocurriendo hace un año exactamente?
-Sí.
-Bueno, hace un año yo sentía que me estaba enamorando de usted, y sentía que usted se enamoraba de mí. Hoy, yo siento mil veces más fuerte que lo amo, y siento que me enamoro cada vez más. ¿Usted siente lo mismo?
-No.
-¿Usted me ama?
-Sí.
En este punto el jueguito se me iba enredando. Pero pensé rápido y dije:
-Pero, a pesar de amarme, usted quiere sacarme de su vida, ¿no es cierto?
-Sí.
-Fin de juego, Luis Jorge: perdí.
-No, Fernando, perdí yo... (etc., etc., etc.)
Nos vimos un par de veces más. La última, quedamos en comunicarnos a través del apartado del arbolito. Me dejó un par de mensajes en los días siguientes al juego de la sinceridad. La última vez que nos vimos, prometió ir el sábado siguiente para despedirnos yendo a la montaña (una promesa que me había hecho todo ese año); y para ese día le terminé de hacer una chaqueta de costal que él siempre quiso que yo le hiciera (una promesa que yo le había hecho todo ese año)... Nunca regresó, nunca más dejó un mensaje en el arbolito, nunca más recogió los míos. Nunca más: nada.
"

volví a sonreír amargamente. más sonrisa que amargura en esta ocasión. como una sonrisa con la sensación de cuando a uno se le duerme un brazo. una sonrisita como de un alma entumecida que espera volverse a mover y mientras tanto se siente raro. creo que fui claro.

ya en la noche estuve un rato cuidando las matas. la camila y el billete estaban con la tierra muy seca. también unas primaveras. el sol y mi ausencia les dieron duro. las regué. las aboné. me disculpé con ellas. me gusta cuidarlas.

viendo bichos en el jardín y una telaraña en lo alto de una pared de repente vi una cosa que tenían en común los dos libros. ambos tenían portadas con composiciones alrededor de insectos. el de molano unas mariposas como en un collage y el de cărtărescu una composición muy bonita de libélulas, escarabajos y flores. una portada linda, como un jardín en tonalidades de azules claros pero no brillantes. acá está la portada del poemario y acá la del texto de molano.

la vida, el azar, las relaciones y los significados.

después sonreí.
con menos amargura.


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