El virus y el virulento
April 29, 2020•397 words
Salir o no salir?
Ese es el dilema
Sabremos algún día quién tuvo razón?
Quién hizo lo correcto, qué país tuvo la estrategia correcta?
No lo creo
Perú, según las noticias que leí, al principio de la epidemia mandó al ejercito a asegurarse que todo mundo respetara la queda. Suecia, optó por dejar que sus ciudadanos hicieran lo que les dictara la consciencia. En medio, España e Italia, que tuvieron varias semanas experimentando una versión del infierno. One size does not fit all. Por qué cundió el virus en Italia y no en Suecia, si ninguno de los dos países implementó políticas draconianas de encierro (al menos no hasta que los servicios de salud en Italia se saturaron y los obituarios en los periódicos corrían por planas y planas)? Nunca lo sabremos, al menos no en el corto o mediano plazo. Pienso que la ciencia que estudia los virus todavía está en pañales. En otras palabras, aprenderemos mucho. Esta pandemia es sólo una parada.
Werner Herzog nos dijo que EEUU está a punto de descubrir que un tercio de la población es capaz de asesinar a otro tercio, mientras el tercio restante mira. La pandemia está sacando lo peor en algunos. Jung dice que por cada psicótico en la cárcel o el manicomio, hay diez casos latentes entre la población. La elección y la retórica del presidente trump ha descubierto la verdad en estas palabras. Ahora, el presidente populista azuza las tendencias violentas y antisociales de esta sección de la población. Es inútil tratar de analizar con qué fin. Trump ha tenido suerte en el caos y el desorden. Es como un pescador que en vez de aprender a pescar lanza una granada al mar y se contenta con su botín, sea comestible o no, y que se jodan las consecuencias. El pescador que voló en pedazos es un imbécil por ponerse en el camino de la bomba. Así, el presidente, conducido por su id, azuza los fuegos simplemente porque no sabe qué más hacer y porque el enorme privilegio en el que nació lo ha aislado de las consecuencias de su propia ineptitud.
Qué nos queda? La disciplina. Los conscientes, lo disciplinados debemos seguir sin perder la calma. Somos suficientes para que la sociedad mantenga el rumbo. Y en realidad, no tenemos otra opción. Debe haber adultos a cargo o todo se irá a la mierda.