Acá estamos, Presidente: protegiendo el corazón del Cambio

A propósito de la convocatoria a marchas en defensa del Gobierno del Cambio del 7 de junio de 2023.

A continuación abuso de una voz plural para intentar volver a una voz singular un eco que refleje un momento colectivo y común generacional.

El proyecto del Cambio que encarna la presidencia de Gustavo Petro y Francia Márquez es atacado y entrampado desde diferentes flancos. No solo desde una oposición falaz y dogmática liderada por algunos medios de comunicación corporativos y sectores políticos que buscan manipular a la opinión pública, sino también por elementos reaccionarios instalados en el aparato del Estado y en los entes de control.

A esto se suman las dificultades y oportunidades para mejorar que tenemos en este momento de ser Gobierno. No somos indiferentes a errores que se han cometido, a la necesidad de responder de forma inteligente, eficaz y comprometida a los sueños y necesidades populares. Sabemos que podemos mejorar. Sabemos que las expectativas son altas. Sabemos que debemos cumplir.

Hombres y mujeres, que crecimos en el movimiento estudiantil, el movimiento social, el activismo, la militancia, los espacios de sociedad civil organizada, estamos en nuevos lugares de enunciación, espacios de trabajo desde el Gobierno Nacional, instituciones y otros lugares de construcción de lo público y lo común. Pasamos de marchar, de conformar mesas amplias, de construir los espacios de movilización que ayudaron a parir esta era de Cambio, pasamos de las tesis, del espacio de pensamiento académico, a concentrarnos en responder al llamado a construir Estado. A hacer una nueva burocracia. A contribuir al cambio y a la ampliación de la cultura e imaginación política del país.

Hoy muchos de nosotros y nosotras hacemos parte de la burocracia del Estado que avanza este cambio. Somos los que redactan los comunicados. Quienes diseñan las agendas y las metodologías de las cumbres, eventos y encuentros. La primera línea de atención entre instituciones públicas y el sujeto popular que eligió al proyecto. Somos los asesores, los asistentes, los contratistas y funcionarios que buscan día a día fortalecer el cambio. Pasamos de investigar en el Cauca las vidas campesinas y su configuración intercultural, de hacer ambientalismo popular y restauración ecológica desde La Guajira hasta el Caquetá, de conformar y acompañar redes de jóvenes, mujeres campesinas, indígenas y afros para el buen vivir y la salud comunitaria de trabajar en ollas, mingas y cartografías urbanas y del agua a las oficinas y pasillos institucionales.

Y es en este punto en donde surge otro flanco de ataque al proyecto del cambio. Uno inesperado, difícil de manejar y que surge de nosotros mismos: la desesperanza. Reconocemos que hay días buenos y otros malos. Reconocemos que hay trasnoches que parecen no llevar a ninguna parte. Reconocemos que muchas veces nos frustramos. Que la vida y la muerte se atraviesa a la Vida. Que el desamor, la soledad y la tusa a veces pueden más que el amor, la camaradería y el compromiso. Pero acá estamos, Presidente. Sin vacilaciones, con todas las críticas que podamos tener para fortalecer el Cambio, pero acá estamos sin dudas y sin ambigüedades.

El 7 de agosto de 2022 hubo un letrero en la Plaza de Bolívar de Bogotá en plena posesión presidencial que decía ‘NO NOS FALLEN’. Lo subieron en un poste para que quedase de frente al Capitolio. Nosotros y nosotras pensamos todos los días en ese mensaje y en el doble sentido del mismo: hacemos parte de la generación que lo redacta y lo envía y al mismo tiempo somos, al menos en parte, sus destinatarios. Estamos en la autocrítica para exigir que no nos fallen. Y pensamos constantemente en nuestra acción propia, la manera de cuidarla, de proteger nuestras esperanzas y no fallarle al proyecto y a la gente.

El pasado 2 de junio el Presidente Petro en una ceremonia militar de ascenso a subtenientes pronunció un sentido discurso(1) del que queremos resaltar dos ideas. La primera: 'tener poder es, posiblemente, un riesgo para el corazón'. El poder es difícil. Muchas veces frustra y deja siempre a partes insatisfechas. Y sí: es un riesgo para el corazón. Es un riesgo para la esperanza. Es un riesgo para el horizonte transformador que este país necesita. Lo es porque aunque hemos ganado la posibilidad de ser operadores del poder político en Colombia el poder sigue siendo el mismo. En un país con recursos limitados, con necesidades sociales y económicas infinitas, con instituciones débiles y marcos jurídicos que dificultan las transformaciones profundas. Y ahí estamos, contra toda frustración avanzando esta posibilidad del cambio.

Y de ahí la segunda idea que queremos resaltar de esa intervención: 'lo primero que tenemos que proteger es el corazón'. Y en eso estamos y eso es lo que queremos expresar hoy al país. Seguimos en esa tarea. Protegemos primero al corazón. A nuestro corazón como obreros comprometidos, componedores y burócratas del Cambio. A nuestro corazón como mujeres y hombres jóvenes que sueñan y trabajan por un país distinto. Que anteayer marchamos, ayer votamos y hoy ayudamos a gobernar.

Reafirmamos la importancia del mensaje del Presidente: proteger primero al corazón. Al corazón del cambio: a la esperanza central de que nos merecemos vivir mejor. De que llegar a final de mes no tiene que ser tan difícil y que nadie se tiene que acostar con hambre. Poco podemos hacer para rechazar los ataques que vienen de enemigos del gobierno. Ahí solo podemos avanzar en cultivar y fortalecer el abrazo popular a este Gobierno. Pero con los ataques de la desesperanza y la frustración sí podemos hacer mucho y lo hacemos todos los días: protegemos el corazón. Protegemos la memoria de ese mensaje: No nos fallen. No nos podemos fallar a nosotros mismos.

Acá estamos, Presidente. Con toda la fuerza, con todo el desvele, con todas las tristezas y todas las alegrías, con toda la pasión de nuestros años formativos hoy al servicio del Cambio. Con el corazón en la mano, la esperanza en los ojos y en la voz la pasión por una vida digna para todos y todas.

Terminó el Presidente su intervención del 2 de junio con la frase '¡adelante con coraje y valentía!'. Y sí, Presidente, por eso hoy le decimos a Usted y al resto de colombianos y colombianas: estamos a su lado. Con coraje y valentía avanzamos. Y también con ilusión y esperanza. Protegiendo primero el corazón y a los sueños de juventud que aún alberga.

(1) https://www.youtube.com/watch?v=VlIjj-1bDvI
(2) Versión pdf https://drive.google.com/file/d/1_MPilus62Eee3986aTPRG_YNd2jvO0_e/view.


You'll only receive email when they publish something new.

More from El enigma no existe
All posts