Grandes Éxitos
October 3, 2019•398 words
Pese a nunca haber hecho realidad mi sueño de ser un crítico musical, como tampoco alcancé el de ser un escritor leído, sí cuento con una ventaja que mis rivales quisieran tener: sueño frecuentemente con mis músicos preferidos en los escenarios ideales para escribir las crónicas que nunca escribiré.
Por ejemplo, esta noche fue Thievery Corporation durante un ensayo, en un sótano de Washington, mientras preparan la gira de otoño. Hasta toqué la marimba, único instrumento musical que domino, para acompañar la voz de Natalia, la vocalista argentina que sigo en Instagram. Conversé con Rob Garza y Eric Hilton de muchas cosas, siendo el tema central la importancia de los uniformes que los miembros de la banda visten en cada concierto. Por supuesto, Thievery no usa uniformes. Tal vez Rob y Eric coincidan en el vestuario negro, ultra cool, de dos djs cuya música me acompaña desde el lejano 2005, pero LouLou y Natalia, Rob y los demás, están sin ropa sobre el escenario. En esos momentos descubro que sueño. Mi vida es un jet-lag entre escenarios vacíos.
Dentro de mi antología de sueños musicales hay una conversación con Bono antes de un ensayo de U2. Sus palabras no eran nítidas para mí, pero no queda duda con respecto a su mensaje de coexistencia mientras Larry chequeaba el celular, Adam rondaba por ahí con su gesto impasible y Edge, molesto, quería enchufar la guitarra. Otro destacado fue con James Hetfield, que tenía escondida una botella de Jack en una bolsa de Armani. No sé, todo me salió tan homeless que le propuse a papa Hef tomarnos dos shots de algo mientras llegaban los demás. No me sorprendió que hace una semana Metallica cancelara la gira. El de Radiohead fue difícil porque Phil no toma café colombiano y el de Miles Davis fue violento: el genio limpiaba su trompeta policolor e insistía, en perfecto creole, que era hora de volver al cielo. En uno, con los Kraken, apareció mi madre, alma bendita que nunca gustó de mi música, y en el de Cerati, mi exmujer le preguntó si seguía amando a Cecilia. Por supuesto, al regresar del jet-lag transcribo lo que más recuerdo. Puedo adelantar que estoy en conversaciones con Kanye. A veces aparece detrás de una puerta, pero el guardián me dice que debo esperar y luego, para cerrar la conversación, me pregunta:"¿Qué hay detrás de la ventana?".